20/8/12

Un poquito de mi primera experiencia post-facultad.


Allá por Julio del año pasado cuando me recibí decidí que por el lapso de un año todo lo relacionado al derecho en mi vida sería autodidáctico y alejado de las aulas. Simplemente, lo que me sucedía por entonces era el agobio del ritmo de una cursada, como así también la gente que está “de paso” (esos que se dedican a cuchichear toda la clase, a estar mandando mensajitos de texto, opinólogos, etc.).

Si bien la metodología de estudiar motu proprio me sirvió, al punto de haber podido interiorizarme en temas que me habían quedado como cuentas pendientes durante la carrera, decidí que por fin era hora de hacer algún curso y así fue, justo me surgió la posibilidad de inscribirme en un curso dictado por la UCA acá en Mar del Plata sobre “derecho de consumo”.

Salvando las distancias entre empezar una carrera universitaria y hacer un curso de posgrado, mi ansiedad era similar en muchos aspectos, ya no me encontraría con “compañeros” sino con “colegas”, me permitiría ver en qué sector del mundo profesional estoy (cerca o lejos de algo que en realidad no se qué es).

Creo que esa ansiedad, esa ilusión renovada duró apenas media hora… Y si bien, a nivel intelectual la primera clase fue de mi agrado, la desilusión vino por otro lado. Me encontré con que aún en cursos de posgrado que, en primer lugar, son pagos y ya uno lo hace porque realmente está interesado (amén de que la carrera también debiera ser así) estaban los “opinólogos”, “los que hablan en clase”, “los que están con el celular”, etc.

En fin… espero que esto vaya mejorando (y ese tipo de gente vaya desertando)

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